martes, 25 de noviembre de 2014

Galletas de mantequilla


Esta semana no tenía ningún encargo de tartas, así que he decidido aprender a hacer galletas de mantequilla. Mirando varias recetas por internet he hecho un popurrí y creo que no ha salido nada mal!

La idea es hacer unas galletas de motivos navideños, decoradas con glasa de colores. Lo de la glasa lo dejo para el siguiente post porque espero tener por fin mi súper batidora mezcladora-amasadora! (esta vez en condiciones, ya que hoy he tenido que devolver la que me había comprado porque ha salido defectuosa L).

Así que centrándonos en las galletas, os voy a contar cómo las he hecho:

Ingredientes:
  • 250 gramos de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente (muy importante)
  • 250 gramos de azúcar
  • 1 huevo
  • 450 gramos de harina tamizada
  • 1 cucharadita de aroma de vainilla 

El aroma de vainilla debería haber sido extracto o esencia, pero en casa solo tenía aroma así que me he arriesgado, y la verdad es que le ha dado el toque perfecto.

Preparación de la masa:
En un bol ponemos la mantequilla y la batimos un poco. Importante: lo mejor es utilizar una batidora amasadora o una con dos varillas, las batidoras de brazo no sirven. Yo, como todavía no tengo, he mezclado a base de hacer brazo. Por eso es muy importante que la mantequilla esté a temperatura ambiente.
Después, añadimos el azúcar y el huevo y seguimos mezclando. Cuando la mezcla esté totalmente homogénea, vamos añadiendo poco a poco la harina, hasta que la masa haya obtenido una consistencia que nos sea difícil de mezclar con las varillas, cuchara o lo que estemos utilizando.
Es el momento de amasar con las manos, hasta que se nos deje de pegar en los dedos.


Cuando tengamos la masa lista, la dividimos en 2, y cogemos uno de los trozos haciendo una bola. La colocamos sobre papel vegetal (papel para hornear) y sobre ella otro papel. Pasamos un rodillo hasta conseguir una lámina de unos 5-6mm de grosor totalmente lisa y uniforme, para que así no se hagan burbujas de aire.
Ponemos la masa estirada entre los dos papeles sobre una bandeja (la del horno, por ejemplo) y metemos en la nevera durante, al menos, 1 hora.


Pasado ese tiempo, la masa ya estará dura y podremos cortar sin ningún problema las galletas con las formas que queramos.


Importante: volver a meter a la nevera 15 minutos. Esto hará que las galletas no pierdan su forma, así que no hay que saltarse este paso. Mientras, vamos precalentando el horno a 180º.

Una vez pasados esos 15 minutos ya podemos hornear. Yo las he dejado 10 minutos, pero todo depende del horno y de la masa… Lo mejor es ir controlando, veremos que empiezan a dorarse así que las podemos sacar. Aunque parezcan que están un poco crudas, terminarán de hacerse fuera del horno. Podemos dejar que se enfríen en una rejilla.

¡Y así han quedado mis galletas!


Con la mitad de la masa he hecho 12 galletas grandes (6x8cm aproximadamente) y todavía me ha sobrado masa, así que el resto la he envuelto en film transparente y la he congelado.

El siguiente paso va a ser decorarlas, pero eso lo dejo para el siguiente post. 

¡Hasta pronto!

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